"...Ayudándose con las rodillas, trepó por el cuerpo de K con la boca abierta; K ahora que estaba tan cerca notó que despedía un olor amargo y excitante, como a pimienta; acercó su cabeza, se inclinó sobre ella y la mordió y besó en el cuello, luego mordió su pelo. ––La ha sustituido por mí ––exclamaba ella––, ve, ¡la ha sustituido por mí! Sus rodillas resbalaron y cayó hasta casi tocar la alfombra lanzando un pequeño grito. K la abrazó para sujetarla, pero ella lo atrajo. ––Ahora me perteneces––dijo ella..."
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